En una tarde lluviosa me encontraba sentada en un banco del jardín del centro de la ciudad. Me apetecía descansar, la lluvia era tenue.
Al rato decidí marcharme y antes de dar el primer paso, percibí que alguien se sentaba a mi lado, no le había visto venir. Era una anciana de semblante espectral.
No te vayas, dijo. Tengo algo que decirte. Había algo en ella que me atrajo.
Mañana cocinaré natillas con galletas y canela.
Y...?
Y la vida te trae regalos, solo hemos de estar atentos. No tengas miedo.
En ese momento se levantó para marcharse.
Ya se va?
Entonces se giró y añadió: “en la vida nos encontraremos”-
Y la anciana se fue sin hacer ruido, sigilosamente, parecía que sus pasos flotaban en el aire. Me sentí apenada por su marcha, estuve a gusto durante los segundos que permaneció conmigo.
Al llegar a casa le conté a mi hermana lo ocurrido. Ella sonrió.
No recuerdas que la abuela nos hacia natillas? Ha venido del más allá para darte un mensaje.
Desde entonces, cada vez que me siento triste o desanimada, recuerdo aquella tarde lluviosa y "en en la vida nos encontraremos”, y sin temor continuó hacia delante.
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2 comentarios:
Ya vess...ENCUENTRO. ¿cuantos encuentros de diferentes maneras y sensaciones se pueden dar a lo largo de nuestra vida y todos cargados con algun mensaje?
Pero claro sólo aquéllas mentes inquietas pueden descifrarlo.
Un beset
Preciosísimo relatito que nos hace tener esperanza e ilusión por encuentros y sucesos venideros.
Eres una artista escribiendo...no pares!!!
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