martes, 26 de mayo de 2009

El jardín del Amor

La diosa de la Belleza se paseaba por el jardín cercano a su palacio. Solía hacerlo durante las horas nonas de la tarde. En su rostro siempre tenía un gesto de tristeza, y no sabía porqué.

Apareció el Amor, elegante y encantador, y supo nada más verla que no era tristeza, sino nostalgia. Nostalgia de conocer y tener una aventura que la condujera al edén, a ese lugar en el que pétalos de rosa parecen caer del cielo como gotas de agua, acariciando tu piel. Nostalgia de lo no vivido.

Y entonces Amor que era tan sabio intuyo lo que Belleza necesitaba y le sugirió si queria conocer aquello que sin haber disfrutado anhelaba. Ella percibió sinceridad y seguridad en su voz y resolvió que si, que le acompañaría y marcharon juntos.

Y Belleza supo lo que habia deseado desde siempre, pues gracias a Amor, sintió que su corazón bailaba de pasión, pues los arrebatos de Amor le embriagaron hasta el extremo.

Las demás deidades entusiasmadas aplaudieron y danzaron hasta el amanecer, pues la misma Belleza había sido amada por el mismo Amor, éste se quedó embelesado por la suavidad de su piel, la ternura de su cuerpo, y su mirada le recordó a otras vidas en las que también amó y conquistó a amantes inquietos y ávidos de su amor.

Al día siguiente Belleza volvió una tarde más a pasear por su jardín, y entre sus manos pétalos de rosas.